martes, 26 de agosto de 2025

Ese ''alguien''.

Todos tenemos a ese ''alguien'' que siempre será nuestra debilidad; que por circunstancias de la vida o del destino ha dejado de ser nuestro compañero en el camino, pero que siempre permanecerá en nuestro interior.

Ese ''alguien'' que sabía hacer los días malos, menos malos. Que sabía lo que nos pasaba con mirarnos simplemente de reojo. Que nos quería sin importarle la opinión de los demás. Que nos quería incluso cuando no nos lo merecíamos.

En definitiva, ese "alguien" que llenaba nuestra vida de felicidad.

Si tienes la suerte de tener a esa persona a tu lado, por favor, no la separes de ti nunca porque puedes arrepentirte toda la vida.

Yo tengo claro el nombre de la persona que pase el tiempo que pase seguirá siendo mi debilidad.

Y tú, ¿tienes claro el nombre de tu debilidad?


sábado, 26 de julio de 2025

Esas veces.

Por esas veces en las que lo único que necesitas es un papel y un boli. 
Por esas veces en las que la soledad te arropa y solamente te tienes a ti. 
Por esas veces en las que los recuerdos se agolpan en tu cabeza y necesitas sacarlos de alguna manera. 
Por esas tardes en las que lo único que necesitas es estar en el mueble tapada con una sábana...

Porque todos necesitamos tiempo para nosotros, 
tiempo para pensar, 
tiempo para expresar nuestros sentimientos, 
tiempo para reflexionar, 
y tiempo para querernos. 

domingo, 20 de julio de 2025

Somos ocasión.

La gente habla todos los días de la oportunidad, el concepto de la casualidad mezclada con talento. 

Solo sabemos preocuparnos de dónde estaremos dentro de cinco años; cuando lo más importante carece de preocupaciones. Solo deseo vivir, vivir de verdad. Y hay tantas cosas bonitas, tanta belleza, tanto brillo, extasiada no sé ni por dónde empezar. Esto es algo que no entiende la mayoría. 

Ayer leí que en cinco años las tecnologías avanzarán tanto que los teléfonos serán tan inteligentes que con solo oír la voz y sentir el tacto de nuestras yemas de los dedos, sabrán nuestro estado de ánimo. 

¿No parece absurdo? ¿El hecho de estar en la tierra ocho billones de personas y que sólo los teléfonos se percaten de nuestras emociones? 

Me da miedo esa idea, cuando estemos tan encarcelados en smartphones que seguramente llegarán a ser más funcionales o igual de inteligentes que una persona humana. 

Hay circunstancias y vivencias que nos marcan, pero solo nosotros decidimos cómo. Decidimos mediante un proceso de selección qué desechar en nuestra memoria y qué guardar. 

A veces creo que mi vida se basa en un proceso de selección, en un archivo con listas de gustos, favoritismos, manías y por qué no decirlo, dramas. En algunos días (como hoy) me resulta fácil pensar que esto es sólo un momento transitivo, una etapa poco favorable pero que hay que pasar (para quizás pisotearla después). Pero hay días de días y mejor no hablar de las noches. Aún así, entre insomnio y más insomnio, elaboro un plan B, C, D y E y así sucesivamente hasta que caigo rendida en las suaves sábanas de mi cama.  

En esos planes [la mayoría un poco descabellados] propongo futuros alternativos, incluyendo viajes, hipotéticas situaciones sentimentales y cifras en las cuentas bancarias. 


Quizás me falten horas de sueño y me sobren pájaros en la cabeza, pero no sé ser feliz de otra manera. 


miércoles, 16 de julio de 2025

Inténtalo.

"No tiene sentido" dijo la razón.
"Te va a hacer daño" dijo la experiencia. 
"Te mereces algo mejor" dijo el orgullo.
"Inténtalo" susurró el corazón.

domingo, 13 de julio de 2025

Quiero una vida con contrato.

Donde me hagan firmar que no pueden haber problemas, que queda totalmente prohibido llorar, una vida con contrato donde sea ilegal sobrepensar las cosas. Un contrato donde me obliguen a ser feliz de por vida, donde todos los días haya sol y no lo interrumpan las tormentas, las lluvias fuertes ni las más mínimas lloviznas. Donde la única droga sea mi sonrisa, mi carcajada. Que en dicho contrato conste que el único dolor debe ser el de la panza de no poder parar de reír. También tiene que constar que es pena de cárcel ser pesimista y que te lleven a la horca por deprimirte. Quiero una vida que lleve como bandera un millón de sonrisas. Quiero algo bonito, puede que imposible. Por querer, lo quiero todo; quiero tener algo bonito con alguien, algo perfecto, que cada vez que mire el teléfono tenga un mensaje suyo diciendo que me echa de menos en vez de pensar que me está echando de más. Quiero tener una vida perfecta, donde mi mayor preocupación sea el no saber qué hacer. Quiero vivir un presente, vivir cada segundo sin pensar en el siguiente. 

Tampoco suena tan difícil, ¿no?

miércoles, 9 de julio de 2025

Todo y nada a la vez.

Una vez más, me veo aquí recurriendo a la escritura como un escape, como mi lugar de desahogo donde no soy juzgada y es que, aunque me lo preguntaran, no sabría responder. Aunque me hicieran esas insignificantes preguntas de "¿Cómo estás?" "¿Qué tienes?", el sentimiento de vacío es tan grande que no tendría palabra alguna para responder y solo me limitaría a soltar dos simples palabras; "todo y nada" porque sí, muchas veces es esa sensación de que ocurre todo y nada a la vez, esa sensación de sentirse rota por dentro pero no demostrarlo por fuera,  



                   

                 porque sí, yo también me vi así;









intentando ocultar que me veía así. 











Y es que, al final del día, la vida son procesos, momentos, y ya sean malos o buenos, hay que disfrutar de cada uno de ellos.  

lunes, 23 de diciembre de 2024

Quién sabe si estaré loca o si solo llevo la razón.

Quizás ya no sea esa dulce niña pequeña que jugaba con la música. Que bailaba horas y horas en mitad de la sala de estar con el único entretenimiento de moverse. Quizás la situación haya cambiado y con ello, yo misma haya cambiado. La gente cambia, ¿quién dice que no? No tendría sentido no cambiar. No sería interesante, bonito, increíble. Ver cómo la gente cambia y aún así es tan especial para ti como lo han sido siempre. La gracia está en cambiar tu forma de ser pero no en la relación que tienes con los demás. Son algunos de los retos que se nos propone. Esos días en los que ponerse a jugar con quien era el que más grande hacía la bomba con el chicle, ese era el mejor entretenimiento. Las risas eran constantes y nadie rompía a llorar sin explicación. Todo tenía explicación razonable, te habías caído; habías perdido a una amiga… 

Pero las cosas cambian y nosotros cambiamos con ellas. Esa ingenuidad se la lleva el viento, como las palabras. El viento es invisible pero se lleva más cosas de las que podemos ver. El viento no se ve y se lleva cosas que no vemos. La ingenuidad, la alegría e incluso, ¿por qué no? la tristeza. La fuerza nunca se va si estuvo alguna vez ahí. Porque eso es algo que permanece, que hace que aunque te quieras derrumbar, te quieras echar a llorar, quieras tirarte de los pelos, no haces nada, solo sonríes y mientes; y dices que estás bien, que todo va como siempre. Cuando sabes que las cosas no son como siempre, que para bien o para mal has cambiado, que ya no crees en cuentos de hadas ni en el amor, que ahora crees en películas de miedo, y en el dolor. 


Pero la decisión la tomas tú. No es que las cosas sean de una manera o de otra, es la forma en que lo veas. ¿Estás bien? Será un cuento de hadas. ¿Estás mal? Será la peor pesadilla vívida que jamás habrás experimentado. Solo hay que tener las cosas claras, y sino, tienes un problema, las cosas van mal cuando no sabes qué hacer, qué pensar, por qué sonreír. Si estás en el punto en el que no sabes por qué sonreír es que verdaderamente tienes un gran problema. 


Porque las ganas de sonreír no se buscan, no se explican. Se inventan, se imaginan, se sueñan. 

Ese ''alguien''.

Todos tenemos a ese ''alguien'' que siempre será nuestra debilidad; que por circunstancias de la vida o del destino ha d...